que bonito y qué difícil sentirnos seguros con la presencia en internet de nuestros hijos, cada vez más temprano, cada vez más lejos de nuestro control. Les compramos la tableta cada dia mas pronto, el smartphone, y les dejamos ahí, en ese caos virtual con poco o nada de control, y su necesidad de curiosear disparada.
Mas de un padre nos ha comentado en entrevistas etnográficas en hogares, que no saben muy bien en qué están metidos, incluso aunque rellenaron menus de admisión de determinado juego en red, o de tal o cual redsocial de jóvenes. Incluso tuve en frente a un padre, guardia civil, que descubrió en dia de la entrevista en su hogar que una de sus hijas estaba dada de alta en una red social con datos introducidos por su hermana mayor, sin que él se hubiera enterado.
Ese día me di cuenta que el mejor consejo que le podía dar a la marca era el de ser responsable y segura, ser un poco padres de sus legiones de niños inscritos. Una marca inteligente escucha a los usuarios.